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Terapia Familiar

¿Cómo saber si necesitas terapia familiar?

La terapia familiar está indicada en las siguientes situaciones:

  • Cuando hay presencia de trastornos psicosomáticos en algún miembro de la familia.
  • Ante problemas de salud mental infantil, adolescentes o adultos.
  • En situaciones de abuso de alcohol y de otras sustancias por parte de algún miembro de la familia.
  • Ante problemas matrimoniales incluida la separación y el divorcio.
  • Cuando se producen situaciones de acogimiento familiar, adopción u otras cuestiones relacionadas con el ciclo vital familiar y las etapas de transición.
  • Ante experiencias traumáticas, pérdida y duelo.

 

Recupera la armonía en tu familia con nuestra terapia familiar. Aprende a promover habilidades parentales y mejorar el funcionamiento familiar.

Mediación Familiar

El mediador familiar ayudará a las dos partes a que se entiendan, saliendo de los círculos habituales de comunicación y visión del otro que habitualmente suelen estar pre-establecidos y rigen la relación.

Este proceso puede ponerse en marcha para evitar una separación, si es aún posible, mediante la mejora de la comunicación y la calidad de la relación de pareja, o para suavizar y hacer más llevadero el proceso de divorcio para padres e hijos cuando ya es inevitable.

Educación de los hijos

En ocasiones, pese a que ambos amamos a nuestros hijos y queremos lo mejor para ellos, las discrepancias educativas son tan grandes, que la educación de los hijos se convierte en una auténtica fuente de conflictos.

Los estilos parentales son la forma en la que los padres actúan respecto a sus hijos tanto en las cuestiones diarias como en la resolución de problemas y toma de decisiones.

Reconstrucción de la familia

Crear una primera familia es algo complicado, y crear una segunda familia con miembros distintos y con otras reglas de funcionamiento y organización (lo que se llama una familia reconstituida) lo es más aún.

Otra de las cosas que complica la reconstrucción familiar es que su origen está en una pérdida. Ya sea por divorcio o por viudez, hay que asumir la pérdida, recuperarse del dolor y tomarse un tiempo para poder realizar bien el proceso de “duelo”.